El programa televisivo Frecuencia 12, de la CNC granmense, dedicó su sesión de este martes a una mesa redonda provincial por el aniversario 145 de la caída en combate del Padre de la patria cubana Carlos Manuel de Céspedes, el 27 de febrero de 1874.

Damiana Pérez Figueredo, directora de la Casa de la nacionalidad, se refirió a los hechos que antecedieron la partida de Céspedes a San Lorenzo, en pleno corazón de la Sierra Maestra.

“Céspedes, a cargo de la presidencia de la República en armas vivió momentos trascendentales de enfrentamientos y resistencia frente a un ejército poderoso y con vasta experiencia militar; también enfrenta a contradicciones en el propio seno del movimiento independentista que conllevaron a que este contrajera algunos enemigos.”

La deposición de Céspedes, el 27 de octubre de 1873, en Bijagual,  Jiguaní, es un hecho trascendental y de consecuencias negativas para el movimiento independentista cubano en cuanto a la unidad que se debía de lograr para obtener la independencia de cuba.

Su separación, acotó Pérez Figueredo, no estuvo relacionada a hechos corruptos o a algún irrespeto a las leyes, responde a discrepancias entre el poder ejecutivo y legislativo. Por otro lado, la constitución de Guáimaro, en su artículo nueve, le daba prerrogativas y facultades a la Cámara de representantes de tomar decisiones en cuanto al nombramiento o destitución del presidente y de la misma manera al General en Jefe.

La deposición la recibe al próximo día de haber sido notificada oficialmente. Al dar muestras de lo que sentía en ese momento, expresó en una carta a Ana de Quesada, su esposa, un 21 de noviembre de ese año.

‘En cuanto a mi deposición he hecho lo que debía hacer. Me he inmolado ante el altar de la patria en el templo de la ley. Por mí no se derramará sangre en Cuba. Mi conciencia está muy tranquila y espero el fallo de la historia.’

Aldo Daniel Naranjo Tamayo, presidente de la Unión de historiadores de Cuba en  Granma y director del museo casa natal Carlos Manuel de Céspedes, al graficar los hechos sucedidos el 27 de febrero de 1847, narró: “Ese viernes Céspedes se estaba preparando para asistir a su escuela, está en casa de Francisca Rodríguez, una niña le avisa que ha visto a los españoles y ante esa noticia sale con su revólver en ristre para enfrentar al agresor.

“La primera compañía de ese batallón de San Quintín comenzó a disparar al aire, porque querían cogerlo vivo. Céspedes solo lanzó dos disparos. Se le acercó el sargento Felipe González Ferrer con un fusil Remington y se lo descargó en la tetilla izquierda. A causa de este disparo Céspedes cae muere cayendo por un barranco.